diciembre 29, 2025
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Cuatro disciplinas ponen a prueba la movilidad, la fuerza y ​​el control de los atletas en pistas heladas.

FRISCO, Colorado – El esquí alpino mostrará una combinación de velocidad, precisión y audacia en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 en Milán-Cortina, con cuatro disciplinas que desafiarán a los atletas a afrontar pistas empinadas y heladas a velocidades vertiginosas.

El deporte incluye pruebas de slalom, slalom gigante, super-G y descenso, cada una de las cuales requiere una combinación única de habilidad y coraje. El slalom es la competición más técnica en la que los esquiadores deben utilizar rápidos reflejos para zigzaguear a través de puertas muy próximas entre sí. El slalom gigante abre ligeramente las curvas y combina velocidad con precisión.

Super-G, abreviatura de Super Giant Slalom, empuja a los participantes a velocidades aún más altas mientras mantienen el control en giros amplios y amplios. El descenso se considera la disciplina más rápida y atrevida, y los esquiadores alcanzan velocidades de más de 130 km/h en saltos y curvas cerradas.

Cada carrera está cronometrada y los ganadores se determinan en función de la puntuación general más rápida o de la carrera individual más rápida, según el evento. Un solo error puede suponer la diferencia entre acabar en el podio o volver a casa con las manos vacías.

El esquí alpino ha sido un elemento básico de los Juegos de Invierno durante décadas, atrayendo la atención mundial por su combinación de atletismo y riesgo. Los Juegos Olímpicos de 2026 continuarán esta tradición y ofrecerán a los aficionados una emocionante demostración de velocidad y control en las pistas del norte de Italia.

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