Una concejal de Gold Coast ha generado controversia después de ganar un automóvil MG con fugas de 24.000 dólares en una rifa benéfica con un boleto que compró con la tarjeta de crédito de su empresa.
La concejal Brooke Patterson ganó el vehículo hace dos semanas, lo que provocó llamados para que el municipio endurezca sus políticas sobre la compra de boletos para la rifa con dinero de los contribuyentes.
Esta no es la primera vez que Patterson se enfrenta a una controversia. Una investigación independiente realizada en julio encontró que ella creó un “ambiente volátil” para los altos ejecutivos.
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Esta investigación independiente le costó a la ciudad de Gold Coast $142,000 en el año financiero 2024-2025 y se ordenó a Patterson que realizara capacitación en comunicaciones por su cuenta.
Después de ganar el sorteo, Patterson se ofreció a devolver el automóvil a la organización benéfica, y el consejo votará sobre el futuro del vehículo previsto para el próximo año.

El incidente puso de relieve la confusión sobre las políticas de gastos de la comunidad, ya que otro miembro de la comunidad compró su boleto para la rifa en el mismo evento con fondos personales.
La comentarista política Cath Webber dijo que la situación era “difícil”, ya que los concejales asisten regularmente a eventos benéficos en los que eran comunes los costosos boletos para rifas.
“Si piensas si pasa la prueba de la barra para un boleto de rifa de $350, asumes que sí. No creo que ningún contribuyente esté contento con eso”, dijo Webber a Sunrise.
“Asisten a estos eventos todo el tiempo. No sé si se puede esperar que metan la mano en el bolsillo para ganar un boleto de rifa de $350 tres veces por semana”.
El presentador del podcast Bonafide, Luke Bona, dijo a Sunrise que, si bien la Ley de gobierno local prevé imprevistos como boletos para rifas, se necesitan pautas más claras.
“Si ella devuelve el coche, creo que tiene que haber una política más clara al respecto”, dijo Bona.
El debate ha planteado la cuestión de si el consejo debería conservar el vehículo para uso oficial o venderlo para financiar proyectos comunitarios.
Webber sugirió que la solución más sencilla habría sido donar el coche a la organización benéfica para otro sorteo esa noche, aunque reconoció lo complejas que son estas situaciones para los funcionarios electos.