diciembre 11, 2025
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Tailandia y Camboya intercambiaron acusaciones de atacar a civiles con ataques de artillería y cohetes, mientras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que intentaría intervenir para poner fin a los combates y salvar un alto el fuego que negoció a principios de este año.
Los enfrentamientos estallaron en más de una docena de lugares a lo largo de la frontera de 510 millas (817 kilómetros). Fue el combate más feroz desde una batalla de cinco días en julio que Trump terminó con llamados a ambos líderes para poner fin a su peor conflicto en la historia moderna.
Los vecinos del sudeste asiático se culpan mutuamente por los enfrentamientos que comenzaron el lunes.

Trump dijo en un mitin en Pensilvania a principios de esta semana que intentaría detener nuevas hostilidades. Dijo a los periodistas el miércoles que esperaba hablar con los líderes de los países el jueves. La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de información adicional sobre las llamadas.

“Creo que puedo lograr que dejen de pelear”, dijo Trump.
“Creo que hablaré con ellos mañana”.
El ejército tailandés ha dejado claro que quiere debilitar las capacidades militares de Camboya y el primer ministro Anutin Charnvirakul dijo que las operaciones no se detendrían.
Se negó a comentar sobre el final del juego militar. Cuando se le preguntó sobre los comentarios de Trump, dijo que el conflicto era un asunto entre los dos países involucrados.
“Otros líderes nacionales pueden tener buenas intenciones si quieren la paz”, dijo Anutin a los periodistas.

“No puede ser tan simple como levantar el teléfono y llamar. Es necesario que haya un momento adecuado y temas acordados para la discusión. Todavía tenemos tiempo para preparar estos temas si es que dichas discusiones se llevan a cabo”.

El portavoz del gobierno camboyano, Pen Bona, dijo que la posición de Camboya era que sólo quería la paz y había actuado en defensa propia. Un alto asesor del primer ministro camboyano ha señalado que el país está dispuesto a negociar.
El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, quien ayudó a Trump a negociar el alto el fuego, dijo que habló con los líderes de Tailandia y Camboya el martes y, aunque no se alcanzó una solución final, apreció “la apertura y la voluntad de ambos líderes de continuar las negociaciones para aliviar las tensiones”.

Según el gobierno camboyano, los tres días de enfrentamientos se cobraron un gran número de víctimas civiles: nueve personas murieron, entre ellas un niño pequeño, y 46 personas resultaron heridas en Camboya. Según el ejército tailandés, cinco soldados tailandeses murieron y 68 personas resultaron heridas en los combates.

El miércoles, Camboya retiró a sus atletas de los Juegos del Sudeste Asiático en Tailandia debido a preocupaciones de seguridad y de sus familias.
Cientos de miles de personas han sido evacuadas de las zonas fronterizas, aunque algunas han decidido no salir.

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