Una tortuga carey en peligro de extinción fue liberada en la Gran Barrera de Coral, dos años después de que fuera salvada de la muerte en una maraña de redes fantasma.
La tortuga carey, conocida cariñosamente como Dennis, fue encontrada indefensa enredada en la red y gravemente herida por voluntarios del Centro de Rehabilitación de Tortugas de Cairns, quienes acogieron a la cría para recibir tratamiento especializado y monitoreo constante.
Las redes fantasma o redes fantasma son material de pesca abandonado que continúa flotando en el mar, poniendo en peligro la vida marina.
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Según la Sociedad Australiana de Conservación Marina, alrededor de 14.600 tortugas han sido capturadas en redes fantasma en todo el norte de Australia en los últimos siete años.
A pesar de sus mejores esfuerzos, los rescatistas tuvieron que amputar una de las aletas gravemente heridas de Dennis, lo que obligó a la tortuga a adaptarse a la vida con las tres restantes.
Poco a poco aprendió a nadar y a alimentarse nuevamente, y con cada victoria estuvo más cerca de la liberación.
La tortuga, de una edad estimada de 10 años, acabó rehabilitándose en la seguridad del centro durante dos años, pero la semana pasada se dio el ansiado visto bueno y Dennis recibió luz verde para ser liberado.
Los miembros de la tripulación liberaron a Dennis en la protegida playa de Moores, al este de Cairns. Esto es consistente con investigaciones recientes que sugieren que las tortugas bobas jóvenes a menudo se asientan en hábitats costeros o de arrecifes donde los recursos son abundantes.




Sin embargo, está lejos de ser el adiós, ya que una etiqueta de seguimiento satelital instalada en colaboración con la BioPixel Oceans Foundation permitirá a los investigadores y al público rastrear sus movimientos a través de un BioTracker interactivo.
La tortuga boba es considerada el “niño bonito” del mar y es ampliamente cazada por su marca registrada. El caparazón de tortuga se considera el más atractivo para fines de joyería.
Aunque los investigadores no pueden determinar con precisión su género, los conservacionistas esperan que Dennis sea en realidad un hombre y pueda contribuir a la estabilidad de la población de la especie en peligro de extinción.


– Con Sarah Keszler