El proyecto Bazball de Inglaterra está hecho jirones ya que se perdió otro Ashes en tres pruebas en Australia.
Los turistas fueron derrotados por 82 carreras en el quinto día de la tercera prueba en Adelaide, perdiendo 3-0 y extendiendo su racha sin victorias en este país a 18 partidos.
Australia se retrasó por una lluvia de 40 minutos, la pareja inglesa Jamie Smith y Will Jacks y una lesión en el tendón de la corva del spinner Nathan Lyon.
Smith tenía 60 cuando extrañó a Mitchell Starc. Jacks luchó por su 47 hasta el almuerzo y luego venció al mismo lanzador para cometer el primer error, donde Marnus Labuschagne nuevamente realizó una atrapada impresionante.
Cuando Josh Tongue reemplazó a Scott Boland contra Labuschagne, Inglaterra estaba abajo con 352 puntos y su miseria en este país había durado 14 años y contando.
Esta debería ser la oportunidad de Inglaterra de competir finalmente en Australia, las Cenizas más esperadas de los últimos tiempos.
En cambio, se ha convertido en la peor gira de los últimos tiempos, poniendo en duda el futuro del capitán Ben Stokes, el entrenador en jefe Brendon McCullum y el director de cricket Rob Key.
Inglaterra ha desperdiciado la oportunidad de ganar las Cenizas en sólo 11 días de cricket y ahora debe obtener un resultado en Melbourne o Sydney para evitar la humillación final de una goleada de 5-0.
Esta es la cuarta gira consecutiva de Ashes en la que Inglaterra pierde las tres primeras pruebas. Para cuando Australia visite el Reino Unido en 2027, se habrán cumplido 12 años desde la victoria más reciente de Inglaterra en la serie Ashes.
Quién gobernará Inglaterra para entonces será objeto de acalorados debates. Stokes y McCullum tienen contratos hasta el final de esta serie. En teoría, Key tiene la mayor influencia sobre el destino de ambos hombres, pero probablemente esté bajo más presión que cualquiera de ellos.
Esta es una victoria sorprendente para los australianos, que tenían dudas sobre la selección y la edad de su equipo al comienzo de la serie.
El capitán Pat Cummins se perdió las dos primeras pruebas, Josh Hazlewood estuvo fuera durante toda la serie, Lyon se perdió la segunda prueba y Steve Smith estuvo ausente en Adelaida.
Australia todavía era demasiado buena para Inglaterra, ya que jugaba en casa desde 2011.