Seis personas fueron rescatadas de los canales de Victoria en un peligroso período de 24 horas durante la Navidad.
Uno de los rescates tuvo lugar en la bahía de Port Phillip en las primeras horas del jueves, cuando una mujer de 51 años y su hijastro adolescente se desviaron mientras remaban desde Port Arlington.
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La pareja había salido en tablas de remo nuevas sin chalecos salvavidas mientras fuertes vientos, con ráfagas de hasta 60 km/h, azotaban la costa y peligrosas corrientes agitaban la bahía.
Cuando los familiares la perdieron de vista, dieron la alarma, lo que provocó una búsqueda a gran escala en la que participaron el Ala Aérea de la Policía de Victoria, un helicóptero de rescate y la Guardia Costera.
El sargento mayor interino Quirk describió la operación como un “área de búsqueda realmente grande y desafiante”.

Después de unas tres horas de búsqueda, se descubrió que la pareja flotaba a unos 10 kilómetros de donde habían partido.
Luego, la policía pudo dirigir un barco a su posición y llevarlos a un lugar seguro cerca de Wyndham.
Estaban levemente hipotérmicos pero por lo demás ilesos.
La familia emitió un comunicado expresando su agradecimiento.
“Estamos muy agradecidos por el resultado, pero todavía estamos tratando de digerir la rapidez con la que una tarde hermosa y sin preocupaciones casi se convirtió en tragedia”, dijo la familia.
“Estamos agotados, muy conmocionados y nos sentimos muy afortunados de haber podido permanecer juntos”.


El mismo día, los trabajadores de rescate fueron llamados a Bass Coast, donde tres mujeres fueron llevadas a un lugar seguro después de que se metieron en problemas mientras navegaban en kayak en Coronet Bay.
Otro kayakista también fue rescatado de aguas peligrosas cerca de Paynesville.
La policía dijo que los incidentes resaltan los riesgos que enfrentan los navegantes y remeros durante el verano, especialmente cuando las condiciones climáticas se deterioran rápidamente.
La policía y los servicios de emergencia instan a los victorianos a consultar las previsiones meteorológicas antes de viajar, usar chalecos salvavidas, llevar balizas de emergencia y ser conscientes de sus límites.
El año pasado, más de 1.000 personas tuvieron que ser rescatadas de vías fluviales victorianas y se registraron 23 muertes por ahogamiento.